El amor no se ruega. Y querido, querida, sé que tú y yo en ocasiones, hemos ofrecido más amor del que pueden cargar a quienes les hemos entr
El amor no se ruega. Y querido, querida, sé que tú y yo en ocasiones, hemos ofrecido más amor del que pueden cargar a quienes les hemos entregado la vida.
Y nos preguntamos si nos hemos dado enteros por personas que están a medias.
Pero el amor no se ruega, el amor se riega y dulce fruto lleva a su cosecha.
El amor no se vende, no tiene precio, no se compra, no participa en la bolsa.
El amor se entrega sin espera, porque el amor no es de nadie, somos en el amor.
Sin amor nadie vale, nadie tiene, nadie es; y hoy estamos en un mundo en donde todos se están acostumbrando a tirar lo roto y no a componerlo.
En donde las relaciones son souvenirs de una noche, en donde si no te dan lo que quieres te vas. Pero, no te arrepientas de haber hecho cosas buenas por las personas equivocadas porque tú amaste, amaste intensamente y, eso es algo digno.
El amor siempre busca reunir para otro, el amor cultiva y entrena a la generosidad; te enseña a ser agradecido por lo poco o mucho que tienes, no deja que el egoísmo te domine, te empuja a desarrollar el hábito de dar.
Por eso, la mejor forma de extender tus días en la vida es amando. La mejor forma de navegar en el tiempo es amando y sabiendo que pronto hay una muerte, pero, nos encontrará amando.
Porque el que ama es sabio y tiene en cuenta la brevedad de la vida. Quien decida amar, a pesar de todo, ha ganado todas las batallas.
Quien busca la forma de amar incondicionalmente, intencionalmente, vive provocando el amor.
El amor no pregunta, no, no, no, se construye, se edifica, se provoca, se fortifica.
Quien ama no permite que las nimiedades de la vida le quiten sus ganas de amar, ¿Por qué? porque debemos de aprender a amar a pesar de los errores.
El amor nos ayuda a mirar con misericordia las equivocaciones, nos aleja de la condena, de la vergüenza. ¡Por eso ama!, ama, ama tanto para que puedas vaciarte en otros.
Y si odias a alguien, ama tanto hasta que no tengas espacio para odiar a nadie.
Llénalo todo de amor, porque el amor es la llama que simboliza la vida superior, es la luz de la sabiduría que revela a todos los enigmas, esos enigmas que tú y yo buscamos.
El amor combate las tinieblas de la ignorancia, el amor arregla el caos y el amor hace eterno todo lo que no dura.
El amor es el único que vence toda tempestad, el amor es un fuego que no quema, el amor es la verdadera bandera de un líder, el secreto es el amor y, el amor, es Dios; eso es un hecho.
Por eso busca con diligencia la forma de tomar dominio de tus abandonos y de tus vacíos.
Recupera el poder de tu personalidad, de tu dignidad, y ya no le entregues el control de tu amor a nadie; esto va a ser un acto de amor para ti, de firmeza, de creatividad, que puede girar el timón hacia un mejor final.
Todos, tú y yo, necesitamos desesperadamente dosis masivas de amor en nuestra vida, las necesitamos para ser individuos saludables, pero, hemos desarrollado la falsa idea que nuestras necesidades de ser amados dependen de una persona o de un grupo de personas y nos equivocamos.
El amor humano es finito, por eso acércate al amor de Dios y no conocerás límites.
Te darás cuenta que nadie te ama más que él, y si logras comprender esto, profundamente, por fin habrá sellado una puerta eterna de libertad; esta puerta que te va a permitir soltar y no depender del amor, ni de la aprobación de nadie más.
Nunca más volverá a desarrollar por amor, hallarás la tranquilidad y la paz completa de saber que hay alguien que te amo antes, mucho antes de que tú pudieras amar, si amas a Dios así, aunque no lo creas, encontrarás la fuente infinita de amor; piérdete en ese amor y nunca más volverá a sentirte vacío.
Amarás todo, amarás hasta a tus enemigos, y por ello, no podrán contra ti; nadie podrá contra ti, porque el amor, el amor es la respuesta a cualquier pregunta.
Ama y llénate de amor por completo, inunda tu casa, tu familia, tu ciudad tu país, todo lo que tocas, imprégnalo y no ruegues nunca más por una gota de amor.
Fuente: Mis Reflexiones.
Por: Daniel Habif.