Organizarnos y establecer buenos hábitos a lo largo de nuestra rutina diaria puede ser clave para rendir al máximo en el trabajo. Y entre
Organizarnos y establecer buenos hábitos a lo largo de nuestra rutina diaria puede ser clave para rendir al máximo en el trabajo.
Y entre todos esos hábitos, destacan especialmente los nocturnos.
Una óptima productividad vendrá dada en buena parte por el descanso que hayamos tenido el día anterior.
Vida sana y organización para optimizar el rendimiento cognitivo
Entendemos como productividad al hecho de poder hacer lo planeado optimizando nuestro nivel de energía, el tiempo y todos los recursos que permitirán alcanzar el objetivo propuesto.
Así, muchos aspectos de nuestros días pueden influir en nuestro rendimiento cognitivo, físico e intelectual, afectando la productividad.
Si bien podemos pensar que sólo lo que hacemos durante nuestro trabajo incide en nuestra productividad, la realidad es que aquello que estamos acostumbrados a hacer antes de irnos a dormir y a últimas horas del día anterior puede también afectar nuestro rendimiento.
Así, algunos hábitos nocturnos que pueden favorecer nuestra productividad al día siguiente son:
Desconectarnos digitalmente antes de dormir, al menos una hora antes del descanso nocturno, para favorecer un sueño de calidad y así, levantarnos con un nivel de energía mayor.
Planificar el día posterior a últimas horas de la noche puede ser de gran ayuda para levantarnos con un plan de actividades y tareas concretas a realizar, estableciendo prioridades para saber por dónde comenzar específicamente por la mañana.
Meditar de manera tal de liberar tensiones, conectar con nuestro cuerpo y reducir los niveles de estrés preparándonos para un buen descanso durante la noche y al mismo tiempo, para un mayor nivel de energía, más concentración y pensamientos sanos al día siguiente.
Estos son tres hábitos nocturnos que pueden ayudarnos a rendir al máximo e incrementar nuestra productividad al día siguiente, siendo también de ayuda acompañar estos hábitos de otros que contribuyen a nuestra salud mental y emocional, como por ejemplo:
Realizar actividad física de forma regular, alimentarnos sanamente y tener una vida social activa.
Fuente: Vitónica.
Por: Gabriela Gottau.