La alimentación es un factor importante para el desarrollo físico y mental de los niños. Desde temprana edad, es fundamental que los pequeñ
La alimentación es un factor importante para el desarrollo físico y mental de los niños. Desde temprana edad, es fundamental que los pequeños consuman alimentos ricos en vitaminas y minerales que favorezcan su crecimiento y fortalezcan su sistema inmunológico.
Sin embargo, no todos los alimentos son igual de beneficiosos, y algunos deben ser limitados en la dieta para prevenir problemas de salud a corto y largo plazo.
Al igual que los adultos, los niños necesitan un equilibrio entre las calorías que consumen y las que gastan.
Según una publicación del portal National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseasesautas, los pequeños deben obtener la mayoría de sus calorías de alimentos nutritivos y balanceados.
Incluir demasiados productos procesados o con altos niveles de azúcar, sodio y grasas puede aumentar el riesgo de obesidad, diabetes y otras enfermedades crónicas desde una edad temprana.
Por eso, es esencial que los padres promuevan hábitos alimenticios saludables en casa. En esta nota, te compartimos una lista de 5 alimentos que, aunque son muy populares, deberían consumirse con moderación por los más pequeños del hogar.
Si tienes hijos o cuidas a menores, ¡toma nota y pon en práctica estos consejos!
Modera el consumo de comida rápida en niños. Foto: Pixabay.
1. Comida rápida
Las pizzas, hamburguesas y papas fritas son el antojo favorito de muchos niños, pero su alto contenido en grasas trans, sodio y calorías los convierte en una opción poco saludable.
Un consumo frecuente de comida rápida puede aumentar el riesgo de obesidad infantil, hipertensión y colesterol alto. Aunque no es necesario prohibirla completamente, reservarla para ocasiones especiales es una buena forma de evitar que forme parte de la dieta diaria.
2. Bebidas endulzadas con azúcar
Refrescos, jugos industrializados y bebidas energéticas están cargados de azúcar, lo que puede causar caries, obesidad y un aumento en los niveles de glucosa en la sangre.
Los expertos recomiendan optar por agua natural o aguas frescas sin azúcar añadida. Además, sustituir los jugos procesados por frutas enteras no solo reduce el consumo de azúcar, sino que también proporciona fibra, necesaria para una digestión saludable.
3. Embutidos
El jamón, las salchichas y el chorizo son productos muy comunes en las loncheras escolares. Aunque son prácticos y accesibles, están llenos de sodio, conservadores y grasas saturadas.
Su consumo frecuente puede tener un impacto negativo en la salud cardiovascular a largo plazo.
En su lugar, es preferible incluir proteínas frescas como pollo, pescado o huevos en las comidas de los niños.
Consumir embutidos podría tener un impacto negativo en los niños. Foto: Pixabay.
4. Cereales refinados
Muchos cereales para el desayuno que se promocionan como saludables contienen altos niveles de azúcar y carbohidratos refinados.
Estos productos ofrecen poca fibra y nutrientes esenciales, además de que su ingesta suele provocar picos de energía seguidos de cansancio.
Optar por cereales integrales o avena sin azúcar es una alternativa mucho más nutritiva.
5. Grasas saturadas
Aunque las grasas son necesarias para el desarrollo infantil, no todas son iguales. Las grasas saturadas presentes en productos como papas fritas, galletas y pastelillos procesados pueden contribuir al aumento de peso y a problemas cardiovasculares a largo plazo.
Las grasas saludables, como las que contienen los aguacates, las nueces y el aceite de oliva, son mejores opciones para incluir en la dieta.
Fuente: Gastrolab.
Por: Karen Salgado.
