El Interamerican Institute for Democracy (IID), organización para el fomento y la defensa de las libertades democráticas en el continente amer
El Interamerican Institute for Democracy (IID), organización para el fomento y la defensa de las libertades democráticas en el continente americano, realiza este miércoles un coloquio titulado “US Foreign Policy to Latin America in the 21st Century” (La política exterior de EEUU hacia América Latina en el siglo XXI).
Dirigido por la politóloga venezolana Beatrice Rangel, el coloquio contó con la introducción de Mariano Caucino, ex embajador argentino en Israel, y tuvo como expositor principal a Richard Feinberg, profesor de economía política internacional en la Universidad de California en San Diego y experto reconocido en política exterior de EEUU, instituciones multilaterales y globalización. Feinberg dirigió los asuntos interamericanos en el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca durante el gobierno de Bill Clinton (1993- 1996) y ha tenido una carrera distinguida que incluye roles como diplomático, consultor corporativo y autor de más de 200 artículos sobre relaciones internacionales.
En su intervención en el coloquio, Feinberg se declaró optimista ante los desafíos que ve en el horizonte para América Latina y su relación con Estados Unidos. Dijo que rechaza la negatividad y la desesperanza que a menudo se asocian con la democracia y la economía en la región y aconsejó establecer objetivos alcanzables para evitar frustraciones. Consideró que hubo una notable mejora en las condiciones de vida en la región a lo largo de las últimas décadas y señaló el significativo progreso hacia la democracia pluralista, una transformación que ha definido la experiencia de la mayoría de los jóvenes en la región. “Y en la mayoría de los lugares la democracia pluralista es el único juego que hay en el mundo”, destacó.
Con respecto al papel de Estados Unidos en América Latina, Feinberg reconoció el cambio hacia un mundo más multilateral y celebró cómo Estados Unidos fue un aliado crítico en apoyar las transformaciones hacia sociedades más liberales y democráticas en momentos cruciales de la historia de la región.
Apuntó que un aspecto preocupante es la resistencia de regímenes autoritarios a pesar de las sanciones económicas impuestas. Feinberg advierte sobre la “resiliencia autoritaria” que caracteriza a algunos países, manteniéndose en el poder a través del control estatal y usando técnicas modernas de vigilancia, sugiriendo la necesidad de repensar estrategias más allá de las sanciones económicas.
Expresó su deseo de que Estados Unidos preste mayor atención a Latinoamérica, aunque remarcó que la responsabilidad debe ser compartida, implicando una necesidad de mayor colaboración intrarregional. Y destacó los roles clave de instituciones como la Organización de Estados Americanos (OEA) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en promover la democracia y el desarrollo económico sostenible.
A pesar de los desafíos persistentes como la inmigración y el cambio climático, Feinberg concluyó su discurso con un llamado al optimismo, subrayando el potencial de cooperación entre Estados Unidos y América Latina para enfrentar estos y otros desafíos de manera creativa y profunda.
En la presentación del coloquio, Mariano Caucino -ex embajador argentino en Israel- destacó la influencia significativa de EEUU en la promoción de principios democráticos en la región pero hizo énfasis en los retos actuales ante el resurgimiento de dictaduras en varios países latinoamericanos, lo que considera una prueba para la política exterior estadounidense. “En los últimos 20 años han reaparecido dictaduras a partir del llamado socialismo del siglo XXI, y al menos hoy hay por lo menos cuatro países en manos de dictaduras. Por eso la política exterior norteamericana es tan importante para analizar esta cuestión”, consideró.
El evento también incluyó las contribuciones de numerosos participantes, cada uno de ellos con una trayectoria notable en temas políticos y sociales, tales como Ricardo Israel, Iliana Lavastida, Luis Fleischman, Francisco Santos, Eduardo Gamarra, Rodrigo Arboleda, Rodolfo Milani y Carlos Sánchez Berzaín.
Ricardo Israel –abogado y ex candidato presidencial de Chile- propuso tres acciones clave para mejorar el vínculo entre EEUU y Latinoamérica: “recuperar la política estatal como la base de las relaciones”, crear una respuesta automática a las dictaduras que se ajuste a los desafíos del siglo XXI, y reconocer tanto las oportunidades perdidas del pasado como la necesidad de trascender los enfoques limitados actuales que se centran exclusivamente en la inmigración ilegal y el narcotráfico. Opinó que tanto Estados Unidos como Latinoamérica comparten responsabilidad en el deterioro de sus relaciones.
Iliana Lavastida -directora del Diario Las Américas– declaró que Latinoamérica toma a Estados Unidos como referencia debido a su poderío militar, económico y científico, lo que destaca la importancia de sus políticas y posiciones respecto a la región, y también advirtió que países como Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia, y potencialmente Brasil y México, actúan como piezas clave en el ajedrez político internacional, sirviendo a intereses enemigos de Estados Unidos. “Enemigos de los valores que representa y defiende Estados Unidos han expandido sus influencias en la región, se han posesionado, se han aprovechado de las ventajas económicas y se han fortalecido”, afirmó.
Luis Fleischman -cofundador del Palm Beach Center for Democracy & Policy Research- identificó como focos principales de la política estadounidense en América Latina la crisis migratoria en la frontera sur y la creciente influencia de China, señalando esfuerzos de Estados Unidos para mejorar condiciones económicas y contrarrestar proyectos chinos, aunque se muestra escéptico de que EEUU pueda competir efectivamente con la iniciativa Belt and Road de China. También abogó por una reevaluación de la política de promoción democrática estadounidense, sugiriendo un apoyo más específico en países con democracias formales para consolidar la división de poderes, la transparencia y la independencia judicial. “Los Estados Unidos han tenido una política de promoción democrática durante décadas. Y creo que esta política requiere una reevaluación”, declaró.
Francisco Santos -periodista y ex vicepresidente de Colombia- apuntó a la necesidad de una estrategia coherente y enfocada de EEUU para enfrentar problemas como el narcotráfico y el debilitamiento democrático en América Latina. “Venezuela es un narcostado, la mitad de México es un narcostado, lo que pasó en Ecuador no es casualidad, uno va a Brasil, Argentina, Perú y empieza a encontrar esa criminalidad mexicana involucrada con criminalidad local y no hay una política de Estados Unidos seria frente a esto. Lo único que va a seguir pasando es que va a haber migración, va a haber delegitimación, va a haber debilidad institucional y Estados Unidos va a tener un infierno”, dijo.
Eduardo Gamarra -profesor de estudios latinoamericanos en la Universidad Internacional de Florida en Miami- señaló la presencia y el impacto de actores extrahemisféricos como Rusia y China, cuya influencia en la región es “mucho más que lo que realmente se entiende”. Sumado a esto, expresó preocupación por la expansión del autoritarismo y el crimen organizado, dos corrientes que desafían la estabilidad y el progreso democrático. “No creo que haya un solo país en la región que no haya sufrido algún tipo de desafío” con dichas corrientes, afirmó, reflejando la gravedad de la penetración del crimen organizado en los tejidos sociales y políticos de los países latinoamericanos.
El empresario colombiano Rodrigo Arboleda -miembro de la junta directiva del IID- ofreció un punto de vista crítico sobre el estado actual de las relaciones entre Estados Unidos y América Latina, al advertir una “crisis profunda” en Washington, destacada por las dinámicas políticas internas, particularmente en el contexto de la campaña presidencial, que reflejan y contribuyen a tensiones internacionales. Señaló que actualmente Cuba, Nicaragua, Bolivia, Venezuela, Brasil, México, Chile, Honduras y Colombia “no son elementos amigables a los Estados Unidos o a la lucha contra el crimen organizado” y que, debido a esto, “evidentemente hay un problema que va a ser más complicado a medida que pasan los meses”.
Rodolfo Milani -director general sénior en la oficina de Miami de B. Riley Wealth Management y fundador del Miami Freedom Forum- consideró que la relación históricamente compleja de Estados Unidos con sus vecinos del sur ha vacilado entre la influencia directa y un retiro que bordea el desinterés, reflejando una tensión cultural fundamental. Esta postura, según Milani, requiere una reconsideración crucial en el contexto de la creciente influencia de potencias globales como China, Rusia e Irán en el hemisferio occidental. Y destacó cómo el capital y las iniciativas chinas podrían potencialmente socavar las instituciones democráticas latinoamericanas debido a su “vulnerabilidad a la corrupción”.
Carlos Sánchez Berzaín -director ejecutivo del IID- reflexionó sobre la necesidad de que Estados Unidos adopte de nuevo una postura de política exterior de Estado que sostenga principios democráticos fundamentales en la región, como los establecidos en la Carta Democrática Interamericana. Opinó que esta debería ser una política invariable ante los ciclos electorales internos, para, así, enfrentar efectivamente los desafíos regionales actuales, entre ellos, la proliferación de narcoestados y crisis humanitarias en países como Cuba y Venezuela. Afirmó que Estados Unidos y América Latina “son espacios complementarios, uno depende del otro,” y sugirió que la influencia mutua ha sido una constante desde el ascenso de EEUU como potencia mundial. Sin embargo, resalta la existencia de dos tipos de política exterior estadounidense hacia la región: una partidista, susceptible a cambios con cada administración, y una de Estado, que considera ha producido los mejores resultados para ambas partes.
Este encuentro se llevó a cabo desde las 5:00 pm, hora local, (20:00 GMT) en la sede del Interamerican Institute for Democracy en Miami, Florida, y fue transmitido por YouTube.
La estructura del coloquio permitió que, después de la exposición del tema por parte de Feinberg, los participantes tuvieron la oportunidad de hacer preguntas o aportes en intervenciones de diez minutos. Este formato fomenta el diálogo abierto, permitiendo la expresión de críticas y discrepancias, siempre bajo una atmósfera de respeto y consideración.
El Interamerican Institute for Democracy (IID) se define como un think thank privado sin fines de lucro, constituido por académicos, políticos, profesionales y empresarios de distintas nacionalidades cuyo objetivo es la promoción y difusión de los valores de la libertad, la democracia, los derechos humanos y la institucionalidad en las Américas. Además, señala que es un centro de pensamiento sin connotaciones partidistas que para el logro de sus objetivos realiza investigaciones académicas, seminarios, coloquios y eventos en un contexto de pluralismo y tolerancia.
Fuente y redacción: Infobae.