La avena es uno de los cereales más populares y nutritivos del mundo. Con su versatilidad y la variedad de formas en las que se puede consum
La avena es uno de los cereales más populares y nutritivos del mundo. Con su versatilidad y la variedad de formas en las que se puede consumir, se ha convertido en un alimento básico en muchas dietas.
Sin embargo, entre los amantes de este grano surge una duda frecuente: ¿es mejor consumir avena cruda o cocida? En esta nota, te compartimos los beneficios de cada una para que puedas elegir la forma que mejor se ajuste a tus necesidades.
Algo importante que debes considerar es que, aunque hablemos de avena “cruda”, esta en realidad ya ha sido sometida a un proceso de calentamiento. Los granos de avena se precocinan al vapor para eliminar su dureza y facilitar la digestión, por lo que la avena que se encuentra en el supermercado ya tiene cierto nivel de cocción.
Aun así, el consumo de avena “cruda” y avena cocida ofrece beneficios distintos.
Beneficios de la avena
Este cereal contiene ambos tipos de fibra, que ayudan a la digestión y al tránsito intestinal. La fibra soluble se convierte en un gel en el estómago, lo que genera una sensación de saciedad y ayuda a controlar los niveles de glucosa en la sangre.
La fibra insoluble, por su parte, facilita el paso de los alimentos a través del sistema digestivo, promoviendo la regularidad intestinal y previniendo el estreñimiento.
Remojar la avena es una forma de consumirla cruda. Foto: iStock
Además de fibra y proteínas, la avena contiene antioxidantes como la avenantramida, un compuesto que tiene propiedades antiinflamatorias y que beneficia la salud cardiovascular.
También aporta minerales importantes como magnesio, fósforo, hierro y zinc, fundamentales para el sistema inmunológico, los huesos y el funcionamiento general del cuerpo.
¿Cuál es mejor consumir, avena cruda o avena cocida?
Consumir avena sin cocerla ofrece ventajas únicas, especialmente en términos de fibra y nutrientes. Al estar menos procesada, la avena cruda retiene un mayor contenido de fibra insoluble, lo cual ayuda a mantener una digestión saludable y regular el colesterol.
Además, su índice glucémico es más bajo, por lo que libera energía de manera gradual, evitando picos de azúcar en la sangre.
Sin embargo, digerirla de esta forma puede ser complicado, por lo que se recomienda remojar la avena cruda en agua, leche o yogur durante unas horas o durante la noche (como en la popular receta de “overnight oats”).
Este método permite que la avena se ablande, haciéndola más fácil de digerir y aumentando la absorción de sus nutrientes. También es ideal para quienes prefieren un desayuno rápido y no quieren cocinar.
Tu organismos procesa mejor la avena cocida. Foto: iStock
Por otro lado, la avena cocida es más fácil de digerir para algunas personas y, durante la cocción, sus almidones se transforman, lo que mejora su textura y hace que se asimile mejor en el organismo.
La cocción reduce el contenido de ácido fítico, un compuesto que puede interferir con la absorción de ciertos minerales, lo cual es beneficioso para quienes buscan optimizar su ingesta de nutrientes.
Fuente: Gastrolab.
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