Los ataques rusos continuados de las últimas semanas contra la red eléctrica ucraniana han obligado a los líderes del país golpeado por la gue
Los ataques rusos continuados de las últimas semanas contra la red eléctrica ucraniana han obligado a los líderes del país golpeado por la guerra a programar cortes de luz en todo el país.
Sin defensas antiaéreas suficientes para responder a los ataques y permitir las reparaciones, la falta de energía podría ir a peor antes de que aumente la demanda al final del verano y en el crudo invierno.
Los ataques rusos contra la red eléctrica registrados desde marzo han hecho que los apagones regresen incluso a la capital, Kiev, que no los había sufrido desde el primer año de guerra.
Dos de esos ataques fueron una andanada en abril que dañó la central térmica más grande de Kiev y otra gran operación el 8 de mayo contra instalaciones de generación y transmisión de energía en varias regiones.
En total, la mitad del sistema energético ucraniano está dañado, dijo el ministro de Exteriores, Dmytro Kuleba.
Bloques enteros de apartamentos se quedaron a oscuras en la capital. La administración militar de la ciudad dijo que al menos el 10% de los consumidores estaban sin servicio.
Para muchos, era un indicio de lo que estaría por venir si Ucrania no consigue otras fuentes de energía antes del invierno.
Antes del amanecer del miércoles, un dron ruso sumió en la oscuridad Sumy, una ciudad en el norte de Ucrania.
Por la mañana se había restablecido parte del servicio en la localidad de unos 250.000 habitantes y los equipos se apresuraban a reparar los daños, según las autoridades locales.
Sin un final a la vista de los ataques a la red eléctrica ni una forma de defenderse adecuadamente de ellos, no hay soluciones rápidas a los cortes de electricidad, explicó el ministro de Energía, Herman Halushchenko.
Ucrania ha pedido a sus aliados occidentales más defensas antiaéreas y piezas de repuesto para reparar sus plantas de la era soviética.
“Con cada ataque perdemos generación adicional de energía, de modo que sólo es menos, menos, menos”, dijo Haluschenko el martes ante una central de carbón en el centro de Ucrania que fue destruida en un ataque el 11 de abril.
Cualquier esfuerzo de reparar la planta sería fútil hasta que el ejército pueda defenderla de otro ataque.
“¿Deberíamos reparar (las centrales eléctricas) sólo para (las fuerzas rusas) reanuden los ataques mientras no podamos defendernos?”, preguntó el ministro.
La ministra alemana de Exteriores, Annalena Baerbock, le acompañó en la visita a la planta, un reflejo de la desesperación de Ucrania por resolver la falta de energía lo antes posible.
La primera gran prueba para la red eléctrica llegará en julio y agosto, cuando el calor del verano hace que el consumo se acerque al de los gélidos meses del invierno, dijo el ministro.
Para mediados de mayo, los residentes de Kiev empezaron a notar las consecuencias de los ataques rusos.
Una ola de frío impulsó el consumo y obligó a Ukrenergo, la principal operadora de la red de transmisión eléctrica, a introducir cortes controlados en todo el país.
Ucrania no puede generar energía suficiente para cubrir los picos de demanda vespertinos, y el déficit es más grande que la capacidad del país para importar electricidad de Polonia, Eslovaquia y Rumanía.
El ataque del 11 de abril contra la planta destruyó generadores, transformadores y turbinas, todas piezas necesarias para generar electricidad, señaló Yevhen Harkavyi, director técnico de Centerenergo, operadora de la central.
Cinco misiles golpearon el complejo ese día, y los trabajadores seguían retirando escombros el martes mientras los trozos de aislante blanco caían como copos de nieve de un agujero en el tejado.
El plan para el invierno es restaurar la capacidad de generar energía todo lo posible, dijo Harkavy. No está claro cómo se conseguirá eso, admitió. “La situación ya es demasiado difícil”, dijo.
Ucrania aspira a adquirir piezas de plantas alemanas desmanteladas hace tiempo.
Harkavyi dijo que equipos ucranianos habían ido recientemente a Alemania para evaluar el equipamiento, que se desconectó porque no cumple los estándares medioambientales de la Unión Europea.
Está por ver hasta qué punto estarían dispuestos los aliados europeos en invertir en el sector energético ucraniano, basado en el carbón, dados sus objetivos más ecológicos.
Los equipos siguen estudiando cómo llevar el equipamiento a Ucrania, señaló.
“Esa es la primera pregunta”, dijo. “La segunda pregunta es por qué se lamenta Ucrania: necesitamos protección activa con defensas antiaérea, y confiamos en que la señora ministra (Baerbock) haya visto la escala de destrucción y haga todo lo posible por pedir ayuda al mundo entero”.
Fuente: Infobae.
Con información de AP.