Después de varias décadas de ser una de las figuras más influyentes y esquivas del crimen organizado en México, Ismael “El Mayo” Zambada fue c
Después de varias décadas de ser una de las figuras más influyentes y esquivas del crimen organizado en México, Ismael “El Mayo” Zambada fue capturado el pasado 25 de julio en Texas, Estados Unidos, poniendo así punto final a una era en el Cártel de Sinaloa.
Zambada, conocido por su habilidad para mantenerse bajo el radar de las autoridades, logró construir un vasto imperio que abarcaba tanto actividades ilegales como legales, según el libro “La historia secreta: El Cártel de Sinaloa y AMLO” de Anabel Hernández.
Desde sus humildes comienzos lavando llantas en un ingenio azucarero en su juventud, el Mayo se transformó en el dueño de miles de cabezas de ganado, extensas hectáreas de terrenos agrícolas, gasolineras, constructoras, marca de leche y una gama diversa de empresas en varias entidades.
De acuerdo con entrevistas que la periodista realizó a Dámaso López Serrano, alias El Mini Lic, Zambada, con quien convivió de 2005 al 2017, es un hombre “de autocontrol envidiable, tanto, que es bueno para hacerle el tonto cuando alguien lo engaña. Prefiere calcular su golpe, nada de prisas, excepto cuando se trata de su familia”, se lee.
Según el relato de El Mini Lic, el capo mexicano se mostraba como un hombre correcto, enérgico pero autoritario, con una gran paciencia, cualidades que utilizó para manipular y ganarse la confianza de numerosos narcotraficantes y que le sirvió para manejar tanto sus negocios ilegales.
El Mini Lic detalló el proceso sofisticado mediante el cual Zambada reclutaba y absorbía a otros narcotraficantes millonarios, políticos o personajes de su interés. Inicialmente, El Mayo les ofrecía hospitalidad VIP, sirviendo productos derivados de sus propias propiedades como quesos y tortillas hechas por su esposa, Rosario Niebla. Este tipo de tratamiento hacía que los otros traficantes se sintieran parte de su círculo íntimo y, eventualmente, les pedía favores, integrándolos en su estructura y compartiendo las ganancias sin necesidad de acaparar el negocio.
“El Mayo se siente tan protegido por el gobierno desde hace lustros que cuando está en su territorio no usa escoltas. Él mismo puede estar recorriendo solo sus establos de ganado”, apuntó y señaló que “es un diablo en el arte de las relaciones públicas”.
También se destaca el papel fundamental de su hijo mayor, Vicente Zambada, alias Vicentillo, en su vida. Según El Mini Lic, Vicente siempre ha sido el punto débil de El Mayo, a quien veía como su heredero, ello hasta que éste fue detenido en 2009 y extraditado a EEUU al año siguiente.
El Mayo no sólo se destacó por su astucia en el mundo del narcotráfico, sino también por su habilidad para manejar relaciones públicas y establecer alianzas estratégicas con diversos actores políticos y económicos, según cuenta El Mini Lic.
A lo largo de los años, Zambada negoció con gobiernos de diferentes colores políticos y logró mantener un equilibrio en sus operaciones, adaptándose a los cambios de administración y a las dinámicas del poder.
Sin embargo, su dominio no estuvo exento de desafíos. La lucha interna con los Chapitos, hijos de su compadre Joaquín El Chapo Guzmán, marcó un periodo de conflicto y tensión dentro del cártel.
La traición de Los Chapitos
La rivalidad con Los Chapitos, que en ocasiones se intensificó hasta llegar a enfrentamientos armados, fue uno de los factores que complicó la estabilidad de su imperio y que eventualmente causó su caída, según su propia versión de los hechos sobre su captura.
Desde 2014, hubo una guerra latente entre las dos facciones del Cártel de Sinaloa, exacerbada por incidentes como la presunta orden de su hijo El Vicentillo de disparar contra Édgar Guzmán en 2008, y la falta de apoyo armado de Zambada durante eventos críticos como el Culiacanazo de 2019 y el arresto de Ovidio Guzmán en 2023.
Pese a sus intentos por evitar una guerra abierta y proteger a su familia, las disputas internas y las presiones externas se volvieron insostenibles.
Ismael “El Mayo” Zambada ha afirmado que fue “secuestrado y traído a Estados Unidos por la fuerza” por el hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán mientras se dirigía a una reunión con el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, y el exrector de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) Héctor Melesio Cuén Ojeda.
En su comunicado, Zambada detalló que Joaquín Guzmán López, uno de los llamados “Chapitos”, le había solicitado asistir a una reunión para resolver conflictos entre líderes políticos de Sinaloa. El Mayo asegura que Guzmán López, a quien conoce desde niño, le pidió ayuda para mediar en la disputa entre Rocha Moya y Cuén Ojeda. En la reunión supuestamente también iba a estar el líder de Los Chapitos, Iván Archivaldo Guzmán Salazar.
Zambada narra que fue emboscado por un grupo de hombres armados al servicio de Los Chapitos en el lugar de la cita, donde lo golpearon, le pusieron una capucha oscura y lo ataron antes de subirlo a la caja de una camioneta. Luego, fue trasladado a una pista de aterrizaje y obligado a subir a un avión privado, donde llegó esposado a El Paso, Texas, junto con Guzmán López y el piloto.
Respecto al asesinato de Cuén Ojeda, ocurrido el mismo 25 de julio durante un presunto intento de robo de su camioneta, Zambada sostiene que fue asesinado en el mismo lugar y a la misma hora en que él fue secuestrado. Da cuenta además de la desaparición de dos miembros de su equipo de seguridad durante el encuentro.
Zambada quien enfrenta 17 cargos, será juzgado en el mismo tribunal de Nueva York que condenó a cadena perpetua a El Chapo.
Mientras tanto, sus posibles sucesores para dirigir el Cártel de Sinaloa se reducen a Ismael Zambada Sicairos, conocido como El Mayito Flaco, y sus hijos gemelos, Emiliano y Porfirio, aún menores de edad y apodados “los Revolucionarios”. El resto de sus hijos se encuentra libres en Estados Unidos.
Fuente: Infobae.
Por: