Qué difícil es, en ocasiones, poder superar nuestro pasado. Ya sea porque en ese pasado nuestra vida era totalmente distinta de lo que es
Qué difícil es, en ocasiones, poder superar nuestro pasado.
Ya sea porque en ese pasado nuestra vida era totalmente distinta de lo que es ahora.
Quizás porque en ese mismo pasado aún estaban con nosotros personas que fueron muy especiales para cada uno de nosotros.
Y no únicamente me enfoco a una historia de pareja, no, sino a nuestra vida en sí.
Quizás hay cosas en nuestro pasado que nos marcaron por completo, y que desde ese momento nuestra vida no ha sido la misma o no hemos podido salir adelante.
Yo sé que lo has intentado, sé que no te has quedado con los brazos cruzados, pero desgraciadamente aún así, no has podido superar ese pasado de tu vida.
Pero déjame decirte algo: No te preocupes, por algo estás aquí y a pesar de que no ha sido absolutamente nada fácil para ti, hoy voy a ayudarte.
Hoy vas a dar el primer paso para poder aceptar tu pasado, que no es más que eso: Tu pasado.
Y a partir de ahora, aceptaremos nuestra realidad con amor, y a partir de ese momento podemos transformarnos.
Dicen que el pasado es algo que siempre está sucediendo.
Eso quiere decir, que todo lo que has vivido, permanece en ti y de uno u otro modo.
Es completamente inevitable, pero de ahí a quedarnos sumergidos en el ayer sin la posibilidad de superar el pasado, créeme que hay un abismo completamente enorme.
Hay por ahí un poema de Miguel Hernández que dice: “Todo pasa y todo queda; pero lo nuestro es pasar.”
Es imposible huir de lo que hemos sido, de las huellas que ha dejado la vida en nosotros.
Aún así, superar el pasado, es fundamental para poder seguir adelante en nuestra vida.
Voy a ser muy simple, muy sincero contigo, la única forma de superar tu pasado es asumiéndolo a fondo, identificando la forma en cómo nos ha moldeado y precisando lo que nos enseña.
En cambio, si lo miramos de frente, es posible que lo confinemos a un rincón de la memoria, donde no lo tenemos presente, pero sigue gravitando en nuestra vida.
Es decir, creemos que lo ignoramos, pero no es así, ahí continúa y seguirá hasta que no lo comprendemos realmente.
Como decían por ahí: “Di lo que sientes, pero dilo ahora. Porque si no lo haces, esos silencios te harán ruido toda tu vida”.
Por eso estás aquí, para aprender a hacerlo.
Uno de los factores que te impide superar tu pasado es la dificultad para aceptar lo que sucedió y que ya no hay marcha atrás, que ya no hay absolutamente nada que hacer.
Yo sé que parece quizás algo obvio, pero en el ser humano, hay mucho de irracional.
Por eso, aunque no sirva de nada, a veces nos quedamos lamentándonos por lo que ocurrió o por lo que dejó de ocurrir en nuestra vida.
Y nos quedamos ahí, lamentándonos, incluso por años.
Volteando constantemente en aquello que hicimos mal, o que nos hicieron mal, o lo que pudimos haber hecho y no lo hicimos o lo hicimos totalmente diferente.
Yo sé que eso te ha pasado, incluso puede que esto te esté pasando actualmente.
Pero no te preocupes, déjame decirte que esto sucede cuando hay sentimientos no elaborados en relación a lo que ha sucedido.
Es posible que exista un fuerte sentimiento de culpa en tu vida, y es posible que has estado cargando ese maldito sentimiento por años y lo peor de todo, es que cada vez esa carga es más y más pesada.
Ese sentimiento puede ser la causa de muchas cosas en tu vida.
Es decir, en ocasiones no logramos perdonar una ofensa, un agravio, un daño que sufrimos en nuestra vida.
Quizás un daño que sufrimos desde nuestra infancia, incluso a veces no conseguimos perdonarnos a nosotros mismos por algo que hicimos o por algo que no hicimos en el pasado.
Es decir, consciente o inconscientemente nos castigamos por haber hecho o por haber dejado de hacer algo.
Y sin darnos cuenta, nos hemos convertido propio verdugo.
Sabes, cada vez que reflexiones sobre tu pasado, siempre debe ir acompañado de la siguiente pregunta: ¿Es posible que pueda reparar lo que ya pasó?
Si aún hay algo que puedas hacer, lo más adecuado y lo correcto, es que hagas algo al respecto; eso sin duda, es obvio.
Pero esto solamente si hay algo que aún puedas hacer y que, obviamente, aún está en tus manos.
Te aseguro que será lo más sano para ti, y en lugar de arrepentirte o de lamentarte por el resto de tu vida, simplemente deja de hacerlo, y haz lo que tengas que hacer.
Pero ojo, si ya no es posible hacer algo, entonces hay que aceptar que no puedes hacer nada ya.
Suelta ese sentimiento de culpa que has estado cargando durante tantos años, y si tienes que llorar para liberarte y extraer la enseñanza de lo que sucedió, entonces hazlo: Llora.
Tienes que recordar que para superar el pasado hay que aceptar y dejar ir.
La imposibilidad de superar el pasado nos lleva a ubicarnos, muchas veces, en escenarios imaginarios.
Quiero decir, cuando menciono “escenarios imaginarios”, me refiero ese maldito reino del famoso “si hubiera”.
Es decir, nos clavamos tanto en esas posibilidades, en nuestra propia imaginación, que fantaseamos sobre otros posibles resultados en nuestra vida; sobre otra vida alternativa.
Añoramos una vida diferente, distinta, una vida en la que no hubiera sucedido lo que sucedió, y al final, estamos en el mismo punto con el agravante de haber renovado la frustración de nuestra vida.
Por eso aceptar el pasado significa admitir que ya nunca las cosas volverán a ser como antes, ya no.
No importa lo que hagas, incluso si logras revertir los daños de las consecuencias, ninguno de nuestros actos será capaz de devolvernos a ese ayer que indudablemente ya no está, ya no existe.
Por eso se necesita valor para aceptar, dejar ir y superar el pasado.
No basta con la voluntad para hacerlo, trascender a lo ocurrido no es un acto de fuerza, sino de persistencia y convicción.
Hay un momento para repasar ese ayer, pero llega un punto en el que lo razonable es dejarlo atrás.
Tienes que aprender a vivir tu presente, lo que tienes ahora, lo que eres hoy.
Hay muchos casos en los que proponemos vivir el presente lo ponemos, y no lo suficiente para lograrlo.
En esos casos tenemos que hacer más que un simple propósito, lo más aconsejable es crear circunstancias que nos llamen a ese presente, que nos permitan ubicarnos en el aquí y ahora, porque exigen nuestra atención.
Es decir, a veces, es necesario construir un nuevo presente para poder superar nuestro pasado, para ubicarnos en el presente necesitamos cortar los vínculos que nos atan con nuestro pasado.
Al menos todo aquello que podemos eliminar.
Dicen por ahí que la mejor manera de irnos, sin duda es, sin mirar atrás.
Por eso es importante erradicar todo aquello que nos induzca a volver los ojos hacia lo que ya pasó.
Esto nos dará mayor libertad y nos va a permitir reflexionar si la angustia de “lo que fue” sigue prolongándose o sigue mostrando sus secuelas en nuestra vida.
Por eso es importante que comencemos a llenar nuestra vida de novedades.
Es decir, que comencemos a llenar nuestra vida de nuevos amigos, de nuevas aficiones, de nuevos intereses.
Es un momento para renovarnos, para cambiar de vida.
Es probable que en este momento no tengas mucho entusiasmo al principio, y es completamente normal, no te preocupes por ello.
Algo dentro de nosotros siempre nos impulsa a seguir en el mismo lugar, en el mismo sitio, haciendo lo mismo.
Pero al menos ahora, ya eres consciente de ello; ahora que ya lo sabes, por favor intenta luchar contra esa inercia y deja que la vida te sorprenda.
No podemos negar nuestro pasado, pero si podemos aprender muchísimo de él.
Por eso la próxima vez que veas al pasado como algo negativo, aprendamos a verlo como un gran maestro en nuestra vida.
Agradezcamos al cielo, al universo, a Dios, a la vida porque nos dio la oportunidad de vivir y de disfrutar en su momento.
Incluso aquellos momentos difíciles y realmente duros.
Porque detrás de todos ellos siempre habrá algo bueno, algo que nos dejará una gran enseñanza y qué sé que poco a poco irás descubriendo en tu vida.
Definitivamente no podemos cambiar nuestro pasado, pero sí podemos elegir qué haremos con nuestro presente.
Sé que tomarás la mejor decisión para ti, aquella que te brinde paz, tranquilidad, pero, sobre todo, armonía contigo misma y contigo mismo; sé que lo harás bien.
Muchas gracias por haber llegado hasta aquí, muchas gracias por compartir este mensaje con las personas que sabes que le puede ayudar.
Pero, sobre todo, muchas gracias por permitirme entrar a tu vida y tocar tu corazón.
Si pudiera pedirte un último deseo este día, esta tarde, o esta noche, sin duda es que, en este momento, estés donde estés, cierres tus ojos y por un momento, imagina que te doy el abrazo más fuerte que tanto necesitaste y que jamás te hayan dado.
Ese abrazo que es cura, que sana, que renueva, porque en este preciso momento te abrazo con todo mi corazón.
Fuente: Mis Reflexiones.
Por: Sergio Melchor.
https://www.misreflexiones.org/superacion/si-no-has-podido-superar-tu-pasado-lee-esto/