Sí, te lo mereces. Esto que estás viviendo en este momento de tu vida, créeme que te lo mereces. ¿Y sabes por qué te lo mereces? Te lo
Sí, te lo mereces.
Esto que estás viviendo en este momento de tu vida, créeme que te lo mereces.
¿Y sabes por qué te lo mereces?
Te lo mereces porque perdonaste a los que te lastimaron, perdonaste a los que se burlaron de ti, a los que te dieron la espalda y te abandonaron en los momentos más difíciles de tu vida.
Te lo mereces porque aprendiste a soltar el rencor, porque amaste a quien no lo merecía, a quien nunca te valoro y seguiste caminando.
A pesar de las heridas, a pesar de los rechazos y fracasos en tu vida, a pesar de tanto y tanto dolor.
Por eso ahora que llegó el éxito a tu vida, ahora que te sientes feliz, pero más que feliz, en paz contigo misma, con la vida y con Dios.
No lo dudes, esto es tuyo, tú lo trabajaste, te partiste en mil pedazos y regresaste en una sola pieza.
Te lo mereces porque te amaste.
Porque te diste la atención que tanto necesitabas, esa atención que tanto merecías.
Por eso y mil cosas más te lo mereces.
Y no es ninguna cosa de suerte, créeme, la suerte no existe.
¿Pero sabes qué si existe?
Existen las ganas, existe el valor, existen los deseos de continuar aún cuando todos o casi todos pensaron que no podrías hacerlo; lo hiciste.
Lo hiciste y mírate, mírate dónde estás ahora, lo lograste.
Por eso yo me siento muy feliz por ti, me siento muy orgulloso de ti a pesar de no conocerte, porque créeme que no hace falta conocernos para lograr conectarnos.
Si puedes sentir esto, si sientes esto, es porque yo sí lo siento, porque yo también lo siento, y te siento tranquila y así me encantaría verte para siempre.
Y no te preocupes, si caes nuevamente no tengas miedo, es parte de la vida.
Todos lo hacemos, todos volvemos a caer y nos volvemos a equivocar, pero tú ya eres diferente; por eso te lo mereces, créeme.
Pero si te tuviera enfrente, te abrazaría por todas esas veces que no lo hicieron y que te enseñaste a hacerlo tú misma.
Pero nunca está de más, por eso hoy te abrazo y te abrazo con el alma y te abrazo con todo mi corazón.
Que en este abrazo y en estas palabras puedas darte cuenta de que nunca fuiste la mala ni el malo, nunca, jamás.
Simplemente eras tú luchando tus propias batallas, por eso cada maravillosa cosa que te pasa, y te seguirán pasando a partir de ahora, te las mereces.
Porque además de hermosa, tu alma sonríe, y quiero y deseo que siga sonriendo.
¿Qué quién soy yo?
Eso no importa, eso es lo de menos.
Tú, ahora y como siempre, eres lo más importante para mí.
Te lo digo desde el fondo de mi corazón, desde el fondo de mi alma, nunca lo olvides, de verdad, mereces ser feliz.
Fuente: Mis Reflexiones.
Por: Sergio Melchor.
